Utilizando
cestos colgantes pueden cultivarse atractivas plantas en los lugares más
insólitos. Esta disposición permite sembrar flores a la altura de los ojos, sin
que quite espacio en un pequeño balcón o azotea.
En
todo caso es vital la conservación de la humedad, sin caer en el extremo de
ahogar las plantas. Los cestos de lados sólidos deben llevar huecos en el
fondo.
Las
plantas ideales son las rastreras, pero se puede experimentar con otras
plantas. Para conseguir un atractivo cesto colgante se debe confeccionar con
rastreras cerca del borde y una planta frondosa en la parte superior.
Los
cestos de alambre o hierro se revisten de musgo o fibra de coco, colocando un plato en el fondo
para retener la humedad.