Los
estanques artificiales se construyen por uno de los tres métodos siguientes:
con hormigón, con láminas de butilo (plástico grueso) o enterrando en el suelo
hasta el borde un recipiente prefabricado.
Los
revestimientos de plásticos son el material más barato para la fabricación de los
estanques y son fáciles de trabajar. Para establecer la cantidad necesaria de
plástico se debe considerar el doble de la profundidad más la longitud y la
anchura.
Los
estanques de este tipo se tendrán siempre llenos de agua para evitar que el sol
descomponga la textura. Deberán también tener ocultos los bordes. Duran muchos
años y cuando ya no hacen faltan se quitan y se guardan.
Las
plantas de agua profunda y las marginales se deben sembrar en macetas. El suelo
de las macetas debe cubrirse con una
capa de grava para evitar que se disperse. Las
oxigenadoras se mantienen sumergidos enganchando pequeñas tiras de plomo.
Mientras que las flotantes se dejan simplemente sobre la superficie.