HELECHOS

                        

La mayoría de los helechos son decorativos y exigen muy poco. Son cultivados por la gracia y belleza de sus hojas, que compensan la ausencia de flores. Muchos helechos pueden crecer tanto en interiores como en invernaderos. Como su hábitat natural son lugares sombreados hay que mantenerlos alejados del sol. Como más lucen es en canastas colgantes,  agrupados varios en una sola maceta o plantados en una jardinera grande. 

Los helechos deben ser regados con regularidad, pero sin abusar, ya que podrían podrirse las raíces. Existen helechos de gran tamaño, con hojas de hasta 30 a 45 cm. de longitud.

Los de tipo más pequeño, con hojas de aspecto frágil, necesitan abundante luz y humedad. Son más delicados y no son fáciles de conservar en interiores.

El platycerium alcicorne es epifítico y como más luce es atado a un tronco de madera o corcho.

Existen otras plantas que parecen helechos pero que en realidad no lo son, tal ocurre con los llamados helechos esparrago, entre ellos el   Asparagus plumosus, comúnmente  conocido como espárrago espumoso.

El que menos se parece a un helecho es A. meyeri, cuyos tallos cubiertos de hojas parecen un grupo de cipreses en miniatura.