Un buen cultivo, sobre todo si se va a desarrollar en recipientes
pequeños como los que estamos proponiendo en este proyecto, va a necesitar de
un buen sustrato. Se recomienda que preparemos nuestro propio sustrato para que
cumpla con las condiciones de una buena práctica agrícola, que conlleve a la
implementación de tecnologías limpias en los procesos productivos, en aras de
alcanzar un desarrollo sostenible y el mejoramiento de la calidad de vida de la
sociedad. Por eso nuestros
cultivos han de ser orgánicos, o sea, sin la utilización de químicos en su
proceso de desarrollo y producción. Para la construcción de nuestros semilleros
y el trasplante de nuestro jardín o nuestra hortaliza vamos a elaborar un
sustrato de desarrollo. Para ello necesitamos:
Cascarilla de
arroz o hierbas y hojas secas trituradas 30%
Tierra negra
cernida 30%
Arena dulce
(de rio o arroyo) 30%
Estiércol de
ganado vacuno 10%
Se recomienda
que el estiércol no se agregue directamente a nuestra mezcla porque trae
semillas y otros contaminantes que deben ser eliminados a través de un proceso
de fermentación, de la siguiente manera: en una caneca se colocan 10 litros de
agua no tratada con cloro, 2 kilos de estiércol de ganado vacuno y ¼ kilo de
sal. Se deja reposar por 15 días, resolviéndolo cada 3 días, al final de los
cuales está listo para agregar a nuestro compost.
Como estamos hablando patios pequeños y de poco espacio, nuestro compost no lo podemos hacer a cielo abierto, como sería lo ideal, sino que lo vamos a preparar en una vasija grande. Distribuimos en el fondo una capa de cascarilla, encima una de tierra negra, luego la de arena. Bañamos con dos litros de nuestro preparado de estiércol y revolvemos. La humedad debe ser del 60-70% y se determina con la prueba del puño, que consiste en tomar un puñado de la mezcla y apretarlo. Si hay entre los dedos pocas gotas de agua la humedad es adecuada. Si está muy seco agregar agua y si está muy húmedo, agregar material seco a la mezcla. Se tapa la mezcla con sacos de fique viejos y cada 5 días se voltea.
Como estamos hablando patios pequeños y de poco espacio, nuestro compost no lo podemos hacer a cielo abierto, como sería lo ideal, sino que lo vamos a preparar en una vasija grande. Distribuimos en el fondo una capa de cascarilla, encima una de tierra negra, luego la de arena. Bañamos con dos litros de nuestro preparado de estiércol y revolvemos. La humedad debe ser del 60-70% y se determina con la prueba del puño, que consiste en tomar un puñado de la mezcla y apretarlo. Si hay entre los dedos pocas gotas de agua la humedad es adecuada. Si está muy seco agregar agua y si está muy húmedo, agregar material seco a la mezcla. Se tapa la mezcla con sacos de fique viejos y cada 5 días se voltea.
O las macetas para el establecimiento de nuestros cultivos, ya sean de jardinería u hortaliza.
Una vez que tenemos establecido nuestro jardín u hortaliza, utilizando el mismo procedimiento y los mismos porcentajes preparamos abonos de verdor con estiércol de caballo y de florescencia con estiércol de burro.
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